Bienvenidos a mi trastero.

En esta habitación escontrarás pedazos de mí repartidos por las esquinas. Si te apetece perderte unos minutos, serás bienvenido, pero no olvides encender el candil y espantar a los fantasmas, _que están por todas partes_, y acecharán tu ruta con pertinaz apetito. Déjame una nota si acaso no estoy. Volveré enseguida. Seguramente haya salido persiguiendo a una libélula. Me cuesta mantener limpio todo esto. 

Susana Díez.